El PSA (antígeno prostático específico) es una proteína producida en la glándula prostática, un órgano que forma parte del sistema reproductor masculino. El PSA se encuentra normalmente en pequeñas cantidades en la sangre, sin embargo, es posible que se incremente por diversas causas, entre ellas el cáncer de próstata.
El cáncer de próstata es el segundo tipo de cáncer que sufren con más frecuencia los hombres, después del cáncer de piel. Aproximadamente, se estima que uno de cada nueve hombres desarrollará cáncer de próstata en algún momento de sus vidas.
El cáncer de próstata crece de manera lenta y no causa síntomas en sus etapas iniciales, por lo que resulta complicado detectarlo a tiempo. No obstante, el PSA, también conocido como antígeno prostático específico, se ha convertido en una herramienta fundamental para la detección del cáncer de próstata, aunque también es una fuente de controversia y debate.
¿Cómo se produce el PSA?
El PSA se produce en las células de la glándula prostática, la cual se encuentra ubicada debajo de la vejiga y rodea la uretra, el conducto por el que sale la orina y el semen. La glándula prostática tiene el tamaño de una nuez y, junto con las vesículas seminales y las glándulas de Cowper, forma parte de las glándulas accesorias del sistema reproductor masculino.
La función principal del PSA es licuar el semen, que es el líquido que contiene los espermatozoides y demás sustancias que se producen en las glándulas accesorias. El PSA ayuda a que el semen sea más fluido, además de favorecer el movimiento y la supervivencia de los espermatozoides.
Además, el PSA también tiene otras funciones en la salud masculina, como la protección contra infecciones de bacterias y hongos en el tracto genital, la regulación de la inflamación prostática y la prevención de la formación de cálculos en la próstata. Al mismo tiempo, cuenta con efectos beneficiosos para el sistema nervioso, el sistema inmunológico y el metabolismo de la glucosa.
El PSA para detectar el cáncer de próstata
El PSA es utilizado como una herramienta para detectar el cáncer de próstata desde la década de los 80, cuando se descubrió que los niveles de PSA en la sangre eran capaces de indicar la presencia de tumores malignos en la próstata.
El PSA se mide a través de un análisis de sangre cuyo principal objetivo es detectar las etapas iniciales del cáncer de próstata, cuando aún puede ser sencillo de tratar y tiene mejores probabilidades de curación. Sin embargo, la prueba de PSA en la sangre no es perfecta, y cuenta con algunas limitaciones y controversias asociadas a su uso.
Por ejemplo, el PSA puede incrementar por causas diferentes al cáncer, por lo que no es una prueba definitiva. Al mismo tiempo, los niveles de PSA en la sangre no siempre aumentan cuando el cáncer de próstata se encuentra presente, especialmente cuando los tumores son pequeños, de bajo grado o de crecimiento lento. Además, la prueba de PSA no distingue entre los diferentes tipos de cáncer de próstata.
¿Cómo se miden los niveles de PSA?
Los niveles de PSA en la sangre se miden por medio de una prueba de laboratorio que usa muestras de sangre que se extraen de una vena del brazo. La prueba de PSA mide el PSA total, que es la cantidad total de PSA en la sangre, el PSA libre, que es la fracción de PSA que no se encuentra unida a otras proteínas.
Sin embargo, los niveles de PSA en la sangre pueden cambiar en función de diversos factores, que es importante considerar al momento de interpretar los resultados. En primer lugar, los niveles de PSA suelen incrementar con la edad, a causa del crecimiento normal de la próstata.
Otro factor que influye en los niveles de PSA es la inflamación prostática, también llamada prostatitis. La prostatitis es causada por infecciones, alergias o lesiones y puede incrementar temporalmente los niveles de PSA. Asimismo, la manipulación de la próstata, como el masaje prostático o el tacto rectal, también influye en el incremento de PSA.