La Navidad en redacción de Xornal Galicia, un cuento real del acoso al que estamos sometidos por la asesora de Feijóo.

En la ficticia nación de la Ilusionaria "Xunta de Galicia" ahora en Génova 13, la cual solo debería existír en las fronteras de la imaginación, la premiación de la justicia se había convertido en una utopía olvidada bajo el aforamiento y la impunidad judicial. En este país imaginario, paradójicamente, no se recompensaba la rectitud ni se enaltecían los valores morales; por el contrario, la sociedad celebraba el arte de robar y la astucia de ser sinvergüenza.

En la Ilusionaria "Xunta de Galicia" ahora en Génova 13, los ídolos populares eran aquellos cuya habilidad para burlar la ética y el sistema les otorgaba un estatus social envidiable.  Los maestros del engaño y la artimaña eran aclamados como héroes, mientras que los honestos y justos eran considerados ingenuos y débiles a los que había que perseguir con saña, maldaz y todas las armas judiciales al alcance, aunque para ello hubiese que llevar funcionarios y maridos de juezas a declarar.

En lugar de tribunales imparciales, el país se regía por un peculiar sistema legal que celebraba la ingeniosidad de los delincuentes y aplicaba la máxima sanción a quien osara denunciar la falta de ética, el acoso o la corrupción.  Se organizaban competiciones donde aquellos capaces de cometer los robos más intrincados y astutos eran recompensados con títulos de "Maestros del Despojo" y los más serviciales con los cargos de Diputados/as.  Los ciudadanos, lejos de repudiar estos actos, los aplaudían como manifestaciones de genialidad.

La falta de escrúpulos se convertía en un distintivo de estatus, y las artimañas eran enseñadas de generación en generación como un legado invaluable, al que nadie quería investigar.  La educación promovía la picardía sobre la integridad, y los jóvenes crecían aspirando a convertirse en hábiles ladrones en lugar de profesionales éticos,  excepto los más de 60 mil expulsados del país a la emigración.

La moralidad y la justicia eran percibidas como obstáculos para el progreso personal, la democracia, y la libertad, la sociedad Ilusionaria "Xunta de Galicia" ahora en Génova 13,  se regocijaba en un caos organizado, donde la habilidad para eludir la ley se consideraba un mérito digno de admiración, que se enseñaban por letrados de Sanidad en docencias en la USC.

En este país imaginario, la ausencia de valores éticos había creado una realidad distorsionada, donde la deshonestidad y el desprecio por la justicia eran no solo tolerados, sino celebrados, solo hay que ver, las siglas del PP y a su lider donde se mezclan los narcos, la corrupción y los jueces más valientes catalogándolos de, Bada Criminal Organizada para delinquir, es tal el calibre de la poca ética, que hasta, ni se molestan en cambiar las siglas de la corrupción .

Mientras el mundo real continuaba con sus normas y principios, la Ilusionaria "Xunta de Galicia" ahora en Génova 13 persistía como un espejismo deslumbrante donde el robo y la sinvergüencería eran los pilares de una extraña prosperidad desproporcianada en su líder y su dama de honor institucional.

Este cuento, no puede acabar jamás, por que son muchos los que no conocen otra forma de vivir que no sea el saqueo en nombre de la democracia y la libertad, pero sobre todo, lo más grave es que lo hacen escudándose en la Constitución.

Continuaráaaaaaa