Por Miguel Delgado.- El cinismo e imagen publicitada de Feijóo y su entorno alcanza nuevas cotas de indignidad al mostrar un desprecio absoluto hacia las personas más desfavorecidas. Mientras más de 70.000 gallegos sobreviven con un Ingreso Mínimo Vital de apenas 494,42 euros, el líder popular y su asesora de comunicación, Mar Sánchez, derrochan en festines opulentos, llenos de camarones, cigalas, nécoras, percebes y bogavante, como si la opulencia pudiera suplir el fracaso de una convocatoria que evidencia la falta de apoyo y conexión con la ciudadanía.
Es aún más preocupante cuando se consideran las cifras de pobreza en Galicia, donde un 23,6 % de la población, es decir, 636.000 personas, se encuentran en riesgo de pobreza o exclusión social en 2022. Mientras tanto, Feijóo se rodea de personajes de la élite como Mouriño, el Conde Lequio y Sardá, ajenos a la realidad de un pueblo que lucha por salir adelante. Este comportamiento no solo es una burla hacia los que menos tienen, sino también hacia aquellos que, como Manolo Bouzón, intentan mantener un mínimo de dignidad en medio de tanta prepotencia y opulencia de poder.
Feijóo parece haber perdido el rumbo, atrapado en un bucle de decadencia y malos consejos que lo llevan de escándalo en escándalo, desde montajes en fincas ilegales hasta quedar "tangao" en eventos sin sustancia. Incluso la ausencia de casi todos los presidentes autonómicos del PP en reuniones clave muestra cómo su liderazgo se tambalea, mientras Ayuso emerge como la figura a seguir, dejando a Feijóo aislado y sin apoyo.
Es inaceptable que mientras miles de gallegos sufren, Feijóo y su círculo de asesores se permitan estos despliegues de opulencia y falta de sensibilidad. La política debería centrarse en servir a las personas, no en burlarse de ellas desde las alturas de la insensibilidad y el lujo desmedido.
María del Mar sigue dando palos de ciega, con una cruel imagen del ya destronado por los barones del PP en favor de Ayuso, y que pretenden aislarse de la próxima corrupción de Feijóo que va a salir a la luz.
Mar Sanchez salpica Galicia con camarones, cigalas, nécoras, percebes y bogavante, para suplir el fracaso de la falta de asistencia a la popular comida anual de Cedeira y Sotomaior.
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