Medio Ambiente tiene ya en sus manos del informe remitido la pasada semana por el TSXG, que alerta de la necesidad de adoptar medidas inmediatas para salvaguardar el medio ambiente del entorno de Alcoa, en San Cibrao. La balsa de lodos, que ocupa casi 90 hectáreas y cerca de 50 hectómetros cúbicos, alberga una auténtica bomba de relojería tóxica y se encuentra en estos momentos en un impasse, pendiente de ciertas “mejoras técnicas” para subir la cota del muro y prolongar una agonía ambiental única en España y Europa.
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La intención de Alcoa es prolongar la generación de lodos y su depósito en la balsa hasta el año 2035. La reutilización de todo este material acumulado durante años parece técnicamente imposible y la prolongación y aumento de capacidad de la balsa no hará sino empeorar hasta extremos insostenibles un monstruo que podría seguir los pasos del vertido de Doñana en 1998 y acabar con toda una comarca y la vida marina en muchos kilómetros a la redonda.
La Xunta tiene ahora la responsabilidad de pronunciarse sobre la balsa de lodos (ahora sería más oportuno llamarla máquina del fango) y para ello el TSXG le ha concedido un breve plazo que finaliza dentro de unos días. ARCO IRIS ha iniciado ya las acciones oportunas para personarse como acción popular en el proceso judicial que se avecina, que promete ser uno de los más apasionantes y movidos de los últimos años en Galicia