La corrupción y el abuso de los recursos públicos parecen ser un denominador común en las filas del Partido Popular (PP), un partido que ha convertido vivir a costa de los ciudadanos en una verdadera adicción. Los escándalos no se limitan solo a los políticos de más alto rango, sino que se extienden al entorno cercano del ex-presidente Mariano Rajoy, quien no dudó en cargar a los ciudadanos un asistente personal para su esposa, Elvira Fernández, durante su mandato siendo nombrado en su tierra natal de Pontevedra "persona non grata". Posteriormente Alberto Núñez Feijóo siguiendo las ordenes de su asesora le superó, desde viajes de fin de semana urgentes a delinquir en Uruguay a enriqueerse de forma brutal bajo la total impunidad.
Durante su etapa como presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo favoreció a numerosos familiares, amigos y colaboradores cercanos, quienes se beneficiaron de los recursos públicos a costa de los ciudadanos. Micaela Feijóo, su hermana, y Eloína Feijóo, su prima, tuvieron acceso a posiciones de poder y beneficios dentro de la administración gallega, mientras que Eva Cárdenas Botas, su pareja sentimental, también se benefició de esta relación, aprovechando la cercanía con el poder para asegurar ciertos privilegios siendo la encargada de cerrar negocios en México "en nombre de Sargadelos" tras huir de allí Feijóo y Maria del Mar bajo la advertencia de que allí, ya no pueden volver a robar.
Además, María del Mar Sánchez Sierra, asesora personal de la novia y madrina de su hijo, fue otra figura clave en el círculo cercano de Feijóo, que logró beneficiarse del sistema político gallego. A lo largo de estos años, estos individuos no solo ocuparon posiciones que les aseguraron un nivel de vida elevado, sino que también disfrutaron de contratos, cargos y subvenciones, mientras los recursos públicos se destinaban a enriquecer a este círculo íntimo. Este patrón de clientelismo, nepotismo y enriquecimiento privado a costa de los fondos públicos refleja la impunidad con la que Feijóo y su entorno operaron, todo ello bajo el manto de una administración que, en lugar de velar por el bienestar de los ciudadanos, aseguraba la prosperidad de unos pocos privilegiados.
Y no es vanal la información, miles de documentos públicos lo certifican bajo la negativa de los juzgados de Santiago de Compostela a abrir una investigación condenando al periodista Miguel delgado que lo denunció.... Negándole toto tipo de defensa en su favor, llegando a permitir informes forensses con las pretensiones de darlo por loco y meterlo en un manicomio y poder cerrar este xornal,permitiendo el acoso familiar, ruina económica, todo menos perseguir a los saqueadores del PP en la Xunta. MUCHOS DESCARGABLES...+
Bajo la Presidencia Nacional antes de ser expulsado por una moción de censura Rajoy. Durante dos años y medio, los españoles tuvieron que costear, a través de los presupuestos de la Moncloa, el salario de Jaime de los Santos, quien fue asignado a la figura de asistente personal de la esposa de Rajoy. Este individuo, con un nivel 28 en la Administración y un sueldo anual cercano a los 60.000 euros, no solo se encargaba de tareas administrativas, sino que también realizaba actividades personales como cargar las bolsas de ropa de Elvira Fernández. Esencialmente, el dinero público se convirtió en un vehículo para el lujo privado de la familia presidencial, una práctica insostenible que refleja cómo el PP ha utilizado los fondos de los ciudadanos para satisfacer sus propios intereses.
El caso de Jaime de los Santos no es aislado. En una época de recortes y austeridad, el Partido Popular no dudó en usar los recursos públicos para financiar los caprichos privados. De los Santos, conocido como “el chico para todo” de Elvira Fernández, fue destacado en un artículo de El Confidencial en 2013, que revelaba su cercanía con la esposa del presidente, quien le asignaba tareas fuera de su rol oficial, como acompañarla en salidas y realizar gestiones personales.
Este escándalo se suma a otros, como el caso de los cuidados del padre de Mariano Rajoy, que fueron financiados por el mismo Gobierno en una época de grandes sacrificios para los ciudadanos. Entre 2014 y 2019, el personal contratado por Moncloa para atender al padre de Rajoy costó miles de euros a los contribuyentes, un gasto que podría haberse evitado si se hubieran utilizado los recursos públicos de manera ética y responsable. Este tipo de prácticas no solo expone la falta de escrúpulos de la élite del PP, sino que también resalta la falta de transparencia y rendición de cuentas.
La contratación de personal para la asistencia personal de los miembros de la familia presidencial también parece haber sido una constante en el gobierno de Rajoy. Un ejemplo es el caso de Valle Ordoñez Carvajal, quien fue nombrada coordinadora de Asuntos para la Presidencia del Gobierno, aunque no tenía personal a su cargo ni funciones claras. Pese a ello, su salario anual rondaba los 90.000 euros, un privilegio que demuestra el derroche de dinero público en un momento de crisis económica.
Todo esto no es más que la punta del iceberg de un sistema que parece haber sido diseñado para beneficiar a los que están en el poder, mientras los ciudadanos luchan por llegar a fin de mes. La connivencia judicial, que se ha extendido durante años, ha permitido que estos abusos queden impunes, como demuestra el hecho de que muchos de los responsables de estos desfalcos nunca hayan tenido que rendir cuentas ante la justicia.
El pasado de Rajoy y Feijóo con los narcos siempre estará ...
Ahora, con el caso de Begoña Gómez, esposa de Pedro Sánchez, se revela que el abuso de poder y los recursos públicos no son exclusivos de un solo partido. Dos correos electrónicos de la asistente de Gómez han puesto en evidencia las actividades de la esposa del presidente, lo que podría derivar en una investigación por malversación. La justicia, en este caso, parece ser selectiva, ya que mientras Rajoy y su entorno han disfrutado de impunidad, otras figuras públicas se ven sometidas a una mayor vigilancia.
Lo que está claro es que el Partido Popular ha mostrado una total falta de respeto por los ciudadanos y sus recursos. Usaron los fondos públicos para financiar el lujo privado de su familia, mientras se recortaba en servicios esenciales para la población. La falta de transparencia, la corrupción sistémica y la complicidad judicial son las verdaderas marcas de este partido, que ha gobernado durante años a costa del sufrimiento de millones de españoles.
La impunidad que ha rodeado a figuras como Rajoy y su entorno refleja un sistema político y judicial que ha fallado estrepitosamente. El PP ha demostrado que su prioridad siempre ha sido mantener sus privilegios, sin importar el costo para los ciudadanos. Este tipo de prácticas deben ser desenmascaradas y los responsables deben rendir cuentas, para que los españoles puedan recuperar la confianza en sus instituciones y en un sistema político que realmente los represente.
El círculo de Feijóo: Beneficios privados a costa de los fondos públicos
El escándalo que rodea a Alberto Núñez Feijóo, actual líder del Partido Popular y expresidente de la Xunta de Galicia, pone de manifiesto un patrón recurrente de utilización de los recursos públicos para beneficio personal y familiar. Durante sus años al frente del gobierno gallego, varios de sus familiares y personas cercanas se vieron beneficiados de manera directa e indirecta por la administración pública, mientras los ciudadanos soportaban una crisis económica que mermaba sus recursos.
Micaela Rajoy, Eloína Rajoy y el círculo familiar
Uno de los casos más destacados es el de Micaela Feijóo, hermana de Alberto Núñez Feijóo. Al igual que en otros círculos de poder en España, los familiares cercanos al líder del PP aprovecharon su posición para asegurar empleos y beneficios en la administración pública. Micaela, quien no solo compartía apellido, sino también una relación directa con el expresidente de la Xunta, pudo acceder a varias ventajas que otros ciudadanos no disfrutaban. A pesar de no ocupar un puesto público de alto perfil, su influencia familiar le permitió participar en decisiones que beneficiaron su propio entorno.
Eloína Feijóo, prima de Alberto Núñez Feijóo, también fue una de las personas que, al igual que otros familiares del expresidente de la Xunta, pudo beneficiarse de la administración pública. Su rol en el círculo cercano al líder del PP se tradujo en una serie de ventajas personales y profesionales, donde el acceso a recursos públicos y a puestos privilegiados dentro de la Xunta fue una constante.
Eva Cárdenas Botas: la pareja sentimental de Feijóo
Eva Cradenas Botas, pareja sentimental o novia de Alberto Núñez Feijóo, también formó parte de este círculo de enriquecimiento a costa de los fondos públicos. Cárdenas, que se mantuvo en una posición discreta pero con una relación cercana al poder, tuvo acceso a diversos beneficios durante los años de Feijóo en la Xunta. Su rol no solo estuvo vinculado a la esfera privada, sino que su cercanía a Feijóo le permitió acceder indirectamente a recursos públicos, lo que generó controversia en cuanto a la transparencia y legalidad de esos beneficios.
María del Mar Sánchez Sierra: la asesora personal
María del Mar Sánchez Sierra, asesora personal de Elvira Fernández, esposa de Mariano Rajoy, es otro de los nombres que se incluyen en este entramado de relaciones. Aunque su rol en la administración pública estuvo vinculado principalmente a su trabajo en Moncloa, en el caso de Feijóo, las figuras cercanas al poder suelen tener un impacto directo en la gestión de recursos. María del Mar, al igual que otras personas cercanas a la familia Feijóo, disfrutó de una relación estrecha con los poderes políticos y económicos que gestionaban los fondos públicos de Galicia.
La Xunta de Galicia y el saqueo de los recursos públicos
Durante los años de Feijóo al frente de la Xunta de Galicia, se sucedieron numerosos casos de favorecimiento de familiares, amigos y colaboradores cercanos. Este patrón de clientelismo no solo enriqueció a los más cercanos al presidente gallego, sino que también dejó claro que, bajo el amparo de un gobierno del PP, la utilización de los recursos públicos no se destinaba siempre a lo que verdaderamente beneficiaba a los ciudadanos.
La contratación de personal, la asignación de subvenciones y los contratos con empresas privadas siempre fueron áreas en las que la influencia de Feijóo y su círculo cercano pudo marcar la diferencia. Los casos de familiares como Micaela y Eloína, que recibieron trabajos y posiciones que les proporcionaron salarios y prebendas del sector público, reflejan la falta de control en el uso de los fondos públicos.
Feijóo y su círculo lograron asegurar que los recursos de la Xunta de Galicia, en lugar de destinarse de forma equitativa a la mejora de la vida de los gallegos, fueran utilizados para enriquecer a aquellos que más cercanos estaban al poder. La falta de escrutinio judicial sobre estas prácticas, a pesar de las evidencias y denuncias, muestra la impunidad con la que estos individuos operaban.
El sistema de clientelismo que beneficia a los más cercanos
Este sistema de beneficios privados a costa de los fondos públicos no se limita únicamente a los familiares de Feijóo. A través de nombramientos, contrataciones y relaciones personales dentro de la administración pública, el PP ha creado un sistema donde los recursos de los ciudadanos se destinan a satisfacer las necesidades de unos pocos privilegiados, mientras que las políticas públicas se ven afectadas por la corrupción y el despilfarro.
El caso de Micaela, Eloína, Eva Cradenas Botas y María del Mar Sánchez Sierra muestra cómo la política se convierte en una herramienta para el enriquecimiento de los allegados al poder, mientras se desatiende el bienestar de la ciudadanía. En lugar de ser servidores públicos, estos personajes se convirtieron en beneficiarios del dinero de todos, creando un sistema insostenible y profundamente injusto.
El futuro del PP y la lucha contra la corrupción
El legado de Feijóo, en lo que respecta al uso de los recursos públicos, no es solo una cuestión de relaciones familiares, sino también una muestra de cómo el clientelismo político puede tomar el control de las instituciones públicas. Si bien la lucha contra la corrupción es una bandera que el PP dice portar, los casos de enriquecimiento privado y nepotismo dentro de su propio círculo demuestran que aún queda mucho por hacer para que la política española se libre de estas prácticas.
Es fundamental que los ciudadanos tomen conciencia de cómo la política puede ser utilizada en beneficio de unos pocos, a costa de los recursos públicos que deberían ser destinados al bienestar común. Para ello, es necesario un compromiso con la transparencia y la rendición de cuentas, que permita frenar los abusos de poder y asegurar que los recursos públicos se utilicen para mejorar la vida de los ciudadanos, y no para enriquecer a aquellos que ocupan los puestos más altos de poder.
Todo esta bien documentado y a disposición de los lectores de este xornal, MUCHOS DESCARGABLES...+
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