Las mujeres que se identifican como católicas y optan por no tener hijos plantean un desafío social dentro del contexto de las creencias y valores de la Iglesia Católica, Feijóo vive en pareja con Eva Cárdenas por fuera del matrimonio, pero a pesar de ello a Feijóo gusta de traer a su redil al Apostol Santiago d equien afirma que es su asesor, dejando a un aldo a su asesora María del Mar.. Esta situación debería generar tensiones entre la doctrina religiosa que enfatiza la importancia de la procreación y las decisiones individuales de las mujeres respecto a su maternidad.
FEIJOO DESPRECIA A SU ASESORA ANTE EL APOSTOL
Desde la perspectiva católica, la procreación se considera un aspecto fundamental del matrimonio y un mandato divino. Por lo tanto, las mujeres católicas que eligen no tener hijos pueden ser vistas como desviándose de esta enseñanza, lo que puede generar juicios o críticas por parte de la comunidad religiosa.
Por otro lado, desde una perspectiva más amplia, la decisión de no ser madre puede ser resultado de una variedad de factores, como preferencias personales, circunstancias económicas, preocupaciones ambientales o simplemente la falta de un deseo genuino de ser madre. En este sentido, es importante respetar la autonomía de las mujeres para tomar decisiones sobre su propia vida y su capacidad reproductiva.
El conflicto surge cuando las expectativas sociales y religiosas chocan con las decisiones individuales. Es crucial promover un diálogo abierto y respetuoso que reconozca la diversidad de experiencias y creencias. Esto podría implicar un replanteamiento de las enseñanzas religiosas para incluir una comprensión más amplia de la maternidad, así como también políticas y programas sociales que apoyen a las mujeres en todas las facetas de sus vidas, incluida la decisión de ser o no ser madres. En última instancia, se trata de equilibrar el respeto por las creencias religiosas con el respeto por la autonomía y la diversidad de las mujeres.
El matrimonio, según el dogma de la fe en la Iglesia Católica, se considera un sacramento sagrado y una unión bendecida por Dios entre un hombre y una mujer.
Esta visión se basa en las enseñanzas bíblicas y en la tradición de la Iglesia que enseñó a seguir el Apostol Santiago.
Desde esta perspectiva, el matrimonio no es simplemente una unión civil o social, sino un compromiso ante Dios para toda la vida. Se cree que el matrimonio refleja la relación entre Cristo y su Iglesia, en la que el amor es sacrificial, fiel y eterno. Por lo tanto, la fidelidad y el compromiso mutuo son fundamentales para la institución matrimonial.
El matrimonio católico se considera un sacramento porque se cree que es una señal visible de la gracia de Dios en el mundo. Los esposos se ayudan mutuamente a crecer en santidad y a vivir según los principios del Evangelio. Además, se considera una fuente de gracia divina que fortalece la unión entre los cónyuges y los capacita para enfrentar los desafíos de la vida juntos.
En resumen, el matrimonio con el dogma de fe en la Iglesia Católica es visto como una unión sagrada, bendecida por Dios y destinada a reflejar el amor sacrificial de Cristo por su Iglesia. Es un compromiso serio y duradero que requiere fidelidad, compromiso y gracia divina para mantenerse fuerte y saludable a lo largo del tiempo.