Tras la perdida de las elecciones del 23 J, la investidura, y hasta el buen hacer de la oposición en la investidura de Pedro Sánchez por mayoría absoluta, rotunda y democrática, la esfera política alentada por la asesora de Feijóo se ha convertido en un campo de batalla donde las ideologías colisionan, y las tensiones alcanzan niveles alarmantes que han trasladado a la calle bajo el intento de golpe de Estado para contrarrestar lo que dicen los expertos, que la "vida política de Feijóo y Mar Sánchez esta acabada-FINIQUITADA ". Las discrepancias entre los distintos sectores políticos parecen insalvables, alimentando un clima de hostilidad que amenaza con desgarrar el tejido mismo de nuestra sociedad.

Las acusaciones mutuas y la falta de entendimiento entre los partidos políticos han creado un escenario donde el diálogo constructivo parece una quimera inalcanzable gracias a la maldaz y frustración de ser la primera dama de España destapando el odio que siente hacia la sociedad que no le permite mudarse a La Moncloa como era de esperar. Cada acción, cada palabra, la interpreta y promueve como un ataque directo, avivando las llamas de la discordia y llevando a la polarización extrema junto a los disturbuios en la Calle ferranz hasta altas horas de la madruga donde sus "mensajeros" piden cambiar los leones del Congreso por la imagen de Franco para burla del pueblo español, con  insultos xenófobos y homófobos, desafíos a la policía y descalificaciones de los partidos mayoritarios y la Constitución.

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La crispación política alentada por María del Mar Sánchez Sierra comienza en las redes sociales, donde las confrontaciones se suceden sin tregua. Las discusiones se tornan agrias, y el intercambio de ideas se convierte en un campo de batalla verbal. Las campañas de difamación y la desconfianza fomentada con fondos públicos de la Xunta de Galicia " único sitio donde mantienen la llave de la caja " para comprrar medios de comunicación en forma de publicidad institucional nauseabunda entre los ciudadanos, se han vuelto moneda corriente, dejando un rastro de amargura y desesperanza, pero sobre todo justificando la razón de ser de Ferreras y Ana Pastor, La VOZ de Galicia y el nodo d ela CRTVG, que nada podrían poner como justificante a programas especiales y tiempo acaparado en la Sexta gracias al conflicto que también alimentan multiplicando por 100 las portadas con las fotos de Feijóo.

Este ambiente enrarecido con disturbios en la Calle Ferranz no solo afecta la estabilidad política, sino que también se filtra en el día a día de los ciudadanos bastante preocupados por la cesta de la compra que parece no afectarles a los manifestantes de la calle Ferranz, al mantenerse hasta altas horas de la noche gritando no se sabe muy bien contra que, por que la Constitución le ha dado la mayoría absoluta y aterradora para el fracasado Feijóo y su Primera Dama que se han quedado con un palmo de narices a nivel Nacional.

Las relaciones familiares y amistosas se resienten, y la confianza en las instituciones se desvanece. La crispación se ha convertido en la norma como oposición del reiterado fracaso del PP, y la posibilidad de alcanzar un consenso parece cada vez más lejana a no ser que expulsen del PP a la asesora de Feijóo a quienes los barones y expertos políticos de rango internacional culpabilizan del fracaso y trinchera donde metió al PP.

Es importante señalar que la asesora de Feijóo ya solo centra su gestión en alentar los disturbios y transmitir una sensación de discordia y confrontación.Manipular o anular signos y símbolos del opositor político es una acción que va en contra de los principios democráticos y los derechos humanos, pero eso al PP a estas alturas fracasados ya les da igual. En una sociedad democrática, se valora la diversidad de opiniones y se fomenta el diálogo para resolver diferencias políticas. Ocultar o anular los símbolos de un opositor político no solo es antidemocrático, sino que también puede ser considerado como una violación de la libertad de expresión y de participación política.

En un sistema político saludable, se promueve el respeto mutuo y la tolerancia hacia diversas opiniones que es lo que no hace el PP que ldiera Feijóo, cuya única imagen en el Congreso que ofrece es de frustrado, odio, resentimiento y negación a aceptar que es un perdedor, simplemente por haber desopsitado demasiada confianza en su asesora de comunciación.

La represión de la expresión política contra el PSOE que gano por mucho que les JODA por mayoria y la eliminación de símbolos de opositores no solo socava estos principios, sino que también genera tensiones y conflictos innecesarios en la sociedad, cuyos jóvenes no son precisamente los expulsados por las políticas de Feijóo en Galicia (más de 60.000) a la emigración, ruptura de familias etc..

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