Los gobiernos del Partido Popular (PP) están protagonizando una serie de escándalos marcados por la politización de las instituciones públicas. Los nombramientos clientelares y el favoritismo hacia "amiguetes" y colaboradores leales están dinamitando la transparencia, la eficiencia y la confianza ciudadana en el aparato estatal. En un clima cada vez más tóxico, incluso desde las propias filas del PP surgen voces críticas que denuncian las irregularidades y la incompetencia.

Un ejemplo claro de este caos institucional es la reciente dimisión de Daniel Chapela, hasta ahora coordinador de la Comisión de Cultura del PP en Galicia y concejal en Bueu. Chapela no solo ha abandonado su cargo en el partido, sino que también ha lanzado graves acusaciones contra la gestión de José López Campos, conselleiro de Cultura del gobierno liderado por Alfonso Rueda. Según el dimitido, el equipo de López Campos es “claramente incompetente” y ha sido incapaz de manejar temas cruciales como la política lingüística y las negociaciones sobre el idioma gallego.

El PP y el control clientelar de la comunicación

El malestar dentro del PP no se limita a las críticas por la gestión cultural. Las "gargantas profundas" que denuncian prácticas irregulares apuntan también al uso partidista de recursos públicos para controlar el discurso mediático. Medios de comunicación presionados o beneficiados por adjudicaciones de dinero público se han convertido en altavoces del oficialismo, dejando fuera del foco cualquier narrativa que critique al PP. Esta estrategia es atribuida a la asesora de Feijóo, María del Mar Sánchez Sierra, quien ha sido señalada como la responsable de manejar estas operaciones de manipulación mediática, especialmente en Galicia.

Este sistema de prebendas y favoritismos no solo distorsiona el panorama informativo, sino que también erosiona la democracia, minando la capacidad de los ciudadanos para acceder a información veraz y plural. Alfonso Rueda, sucesor de Feijóo en Galicia, parece seguir la misma línea, promoviendo una red de intereses cruzados entre la Xunta y ciertos sectores mediáticos afines.

La implosión interna del PP

El caso de Daniel Chapela refleja una crisis más amplia: un partido dividido entre quienes se benefician del sistema clientelar y quienes, incapaces de soportar el nivel de corrupción e incompetencia, optan por romper filas. Su renuncia pone de relieve un problema de fondo en la política del PP: el desprecio por el talento y la meritocracia en favor de un modelo de gestión basado en el amiguismo y el reparto de favores.

La dimisión de Chapela no es un hecho aislado, sino el síntoma de un mal endémico en las estructuras del partido. Más allá de las fronteras de Galicia, el PP enfrenta una creciente percepción de ser un partido desconectado de las necesidades reales de los ciudadanos, demasiado enfocado en mantener el poder a través de redes clientelares y maniobras opacas.

Conclusión: un modelo insostenible

El Partido Popular, al menos en Galicia, está mostrando síntomas de agotamiento. La renuncia de figuras como Chapela y las denuncias de "gargantas profundas" no son simples episodios de disidencia, sino señales de que el modelo clientelar y autoritario que ha definido su gobierno está implosionando. Mientras los ciudadanos sufren las consecuencias de una gestión incompetente, el PP sigue aferrándose a prácticas que solo profundizan su desprestigio.

La pregunta que queda es si el partido será capaz de reformarse desde dentro o si este modelo corrupto será su propia tumba política. Mientras tanto, las instituciones públicas y la democracia siguen pagando un precio altísimo por su falta de integridad y visión de futuro.

El también concejal en el Concello de Bueu abandona el Partido Popular y carga duramente contra el conselleiro José López Campos a quien acusa de dirigir “un eq…Fuente: www.elsaltodiario.com
Dimite el jefe de Cultura del PP de Rueda señalando la “incompetencia” de su conselleiro en política lingüísticahttps://search.app/Wpspp4crxBRZxRti7