El periodismo complaciente ha encontrado en los últimos años una resistencia significativa por parte de periodistas y medios que se niegan a ser silenciados, incluso cuando enfrentan poderosas estructuras que utilizan las herramientas del poder político, judicial y económico para intentar doblegarlos. En este contexto, ahora desde las sombras María del Mar Sänchez Sierra utilizando a Marta Varela como escudo político y social,, asesora del líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, ha sido señalada como una de las figuras clave en la estrategia de acoso y presión hacia periodistas que ejercen su derecho a la libertad de expresión.
ahora desde las sombras María del Mar Sänchez Sierra utilizando a Marta Varela como escudo político y social,: la figura en la sombra
Ahora desde las sombras María del Mar Sänchez Sierra utilizando a Marta Varela como escudo político y social,, asesora política de Feijóo y con un historial de fuertes relaciones con el poder mediático, ha sido descrita por varios periodistas como el "azote" del periodismo crítico. Su influencia ha sido vinculada a una serie de acciones legales, presiones económicas y acoso judicial dirigidas a silenciar voces críticas dentro de los medios de comunicación y redes sociales. Se acusa a María del Mar de ser parte de una estrategia más amplia de ataque a la prensa independiente, utilizando los recursos del Partido Popular, de los fondos públicos d ela Xunta de Galicia para intimidar y amedrentar a aquellos que se atreven a cuestionar el poder político.
Un ejemplo claro de esta situación es el caso de Uxilde y Miguel Delgado, periodistas y activistas críticos del Partido Popular, quienes han denunciado públicamente ser víctimas de una persecución legal y judicial orquestada desde el entorno del PP. Estos profesionales y concretamente Miguel Delgado ha enfrentado una avalancha de querellas, con el propósito de desgastarlos económica y emocionalmente, buscando intimidar no solo a ellos, sino también a sus familias y asociaciones sin ánimo de lucro PLADESEMAPESGA y, otros periodistas que podrían considerar investigar o criticar al partido. Sin embargo, a pesar de estas campañas de presión, tanto Uxilde como Delgado han mantenido su compromiso con la verdad, sirviendo de ejemplo de resistencia ante los intentos de coartar la libertad de expresión.
El caso de Silvia Intxaurrondo
Uno de los episodios más mediáticos que ilustra esta confrontación entre el periodismo crítico y el poder político fue el caso de Silvia Intxaurrondo, presentadora de informativos de RTVE, quien, durante una entrevista en vivo con Feijóo, planteó preguntas incómodas sobre temas sensibles para el Partido Popular, pero sobre todo dejandolo como un mentiroso y paylan. Intxaurrondo preguntó sobre el pasado de Feijóo en relación con sus polémicos vínculos con personas investigadas y sus mentiras políticas, lo que generó una respuesta dura desde el equipo de comunicación del PP apuntalado por multitud de escritos en el Congreso presentados por la asesora María del Mar Sánchez Sierra, y por fuera del congreso liderado por ahora desde las sombras María del Mar Sänchez Sierra utilizando a Marta Varela como escudo político y social,.
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Tras la entrevista, se desencadenó una campaña de presión contra Intxaurrondo, que incluyó críticas públicas desde Génova 13 (sede del PP) y desde miembros del Congreso de los Diputados, así como amenazas veladas de acciones legales. A pesar de estos ataques, la periodista no solo se mantuvo firme en su postura, sino que también recibió un amplio apoyo de sectores periodísticos y ciudadanos que vieron en este episodio un claro intento de intimidar a la prensa.
Este tipo de actuaciones no son casos aislados, sino que forman parte de un patrón más amplio de hostigamiento. El objetivo es claro: evitar que los periodistas hagan preguntas incómodas o pongan en jaque la narrativa que el poder político quiere imponer. Sin embargo, figuras como Silvia Intxaurrondo y otros periodistas que han sufrido presiones similares han demostrado una gran resiliencia, poniendo en valor el papel fundamental de la prensa libre en una democracia.
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La estrategia de Mar Sáncez Sierra utilizando las siglas del PP, bajo la influencia de figuras como ahora desde las sombras utilizando a Marta Varela como escudo político y social, parece girar en torno a tres grandes pilares de presión sobre el periodismo:
- Querellas judiciales: El recurso sistemático a los tribunales con querellas, muchas veces basadas en fundamentos débiles, es una herramienta clave para agotar a los periodistas, tanto en lo económico como en lo emocional, pedir informes forenses y tachar de personas desequilibradas tras fracasar en sus amenazas judiciales y el atque a los fmailiares de los periodistas, es el modus operandi de María del Mar. Esta táctica, a veces conocida como "lawfare", tiene como fin prolongar los procesos judiciales y crear un clima de miedo, Miguel Delgado ya lleva 6 años bajo querellas, demandas, amenzas y presioners siempre y todas con el mismo abogadod e María del Mar Sánchez Sierra (sobran las palabras a quien los juzgados de Santiago le dan voz y voto en las amenazas al periodista, entre otras asi; ¿ escribe, escribe que en santiago te vamos empitonar? ).
- Acoso mediático y político: A través de canales partidarios, se lanzan campañas de desprestigio y difamación contra periodistas críticos. Los ataques desde el Congreso y la sede del PP en Génova 13 hacia periodistas como Intxaurrondo son ejemplos claros de esta estrategia, que busca socavar la credibilidad del profesional atacado.
- Presiones económicas: En algunos casos, se intenta cortar las vías de financiación de medios independientes a través de boicots publicitarios o presiones indirectas sobre las empresas que financian dichos medios. La manipulación de los contratos públicos de publicidad a dedo a los obedientes, es otro recurso que se utiliza para premiar o castigar a los medios según su línea editorial.
Periodistas que no han sido doblegados
A pesar de estas estrategias de presión, una amplia gama de periodistas y medios han resistido y han seguido adelante con su labor crítica. Los casos de Uxilde, Miguel Delgado y Silvia Intxaurrondo son solo algunos ejemplos de una resistencia creciente frente a los intentos de control y censura del poder político. Esta resistencia se ha vuelto un símbolo de la lucha por la libertad de expresión y ha mostrado que, aunque el poder político puede intentar manipular los medios, siempre habrá periodistas comprometidos con la verdad.
Conclusión: El desafío de preservar una prensa libre
El periodismo crítico y el derecho a la libertad de expresión están bajo constante amenaza cuando se enfrentan a estrategias de intimidación, como las promovidas por actores políticos poderosos. La figura de ahora desde las sombras María del Mar Sänchez Sierra utilizando a Marta Varela como escudo político y social, dentro del PP se ha convertido en un emblema de estas tácticas de control sobre la prensa, con el uso de querellas, presiones económicas y acoso judicial como armas contra periodistas incómodos.
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Sin embargo, la persistencia de periodistas como Silvia Intxaurrondo, Uxilde, Miguel Delgado y muchos otros, que no han sido doblegados por las presiones, es un recordatorio de que la independencia periodística sigue siendo uno de los pilares más importantes de la democracia. Ante este escenario, la lucha por la libertad de prensa se mantiene como una batalla clave para asegurar el derecho de los ciudadanos a estar informados de manera veraz e imparcial. El reto es enorme, pero la resistencia de estos periodistas demuestra que la libertad de expresión sigue viva, aunque bajo asedio.
Consecuencias para la sociedad
El impacto del periodismo complaciente en la sociedad es profundo. La falta de una cobertura crítica y objetiva puede llevar a una desinformación generalizada, donde los ciudadanos no tienen acceso a los hechos necesarios para tomar decisiones informadas. En este contexto, los problemas estructurales, los abusos de poder y la corrupción pueden quedar ocultos o minimizados, lo que socava la transparencia y la rendición de cuentas.
Además, cuando los medios de comunicación dejan de cumplir su papel como perros guardianes de la democracia, la confianza en el periodismo se ve gravemente erosionada. Los ciudadanos perciben a los medios como instrumentos del poder, más que como defensores de sus intereses. Esto puede dar lugar a una mayor polarización y a la aparición de medios alternativos que llenan el vacío dejado por la prensa tradicional, a menudo sin los mismos estándares éticos o profesionales.
Ejemplos en la historia reciente
Diversos casos alrededor del mundo han puesto en evidencia el fenómeno del periodismo complaciente. Un ejemplo notable fue la cobertura mediática en los Estados Unidos durante la guerra de Irak en 2003. Muchos medios de comunicación estadounidenses adoptaron una actitud acrítica hacia las justificaciones proporcionadas por el gobierno de George W. Bush sobre la presencia de armas de destrucción masiva en Irak, lo que contribuyó a una narrativa favorable a la invasión sin cuestionar adecuadamente las evidencias presentadas.
Otro caso es el de Venezuela, donde los medios alineados con el gobierno han sido criticados por no cubrir adecuadamente las crisis políticas y económicas del país. Del mismo modo, en países como Rusia o Hungría, el control de los medios por parte del estado ha llevado a la construcción de narrativas que favorecen a los gobiernos, con pocos espacios para el periodismo independiente.
En México, la relación entre el poder y los medios ha sido históricamente compleja. Durante décadas, muchos medios mantuvieron una postura complaciente hacia los gobiernos del PRI, en gran parte debido a la dependencia económica de la publicidad oficial. Aunque en los últimos años ha habido avances hacia un periodismo más independiente, persisten casos de medios y periodistas que evitan críticas profundas al poder político.
La respuesta del periodismo independiente
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Frente a este panorama, el periodismo independiente ha emergido como un contrapeso necesario. Medios digitales y organizaciones no lucrativas han buscado ofrecer una cobertura crítica y profunda, muchas veces financiados por suscriptores o donaciones para evitar la dependencia de grandes intereses comerciales o políticos. Plataformas como ProPublica en Estados Unidos, El Faro en Centroamérica o Mediapart en Francia, se han posicionado como alternativas que desafían las narrativas complacientes, con un enfoque en la investigación exhaustiva y la transparencia.
La naturaleza del periodismo complaciente
El periodismo complaciente se caracteriza por la adopción de una actitud servil o condescendiente hacia las élites políticas, económicas o empresariales. Este tipo de periodismo tiende a suavizar o ignorar las críticas hacia aquellos que están en el poder, a menudo presentando información de manera sesgada o incompleta. Las causas de este comportamiento pueden ser variadas, desde intereses económicos y presiones políticas hasta vínculos ideológicos entre el periodista y los sujetos de su cobertura.
Uno de los ejemplos más evidentes de esta dinámica es cuando los medios de comunicación pertenecen a grandes conglomerados empresariales con intereses económicos que dependen directamente de decisiones políticas o regulatorias. En estos casos, la línea editorial puede verse condicionada para proteger los intereses del grupo propietario, sacrificando la objetividad y la imparcialidad del periodismo.
Además de los intereses económicos, existen también casos de periodistas que desarrollan relaciones de proximidad con las fuentes de poder. Esto puede llevar a la autocensura, en la que los periodistas evitan cubrir ciertos temas o exponer escándalos por miedo a perder el acceso a información privilegiada o a dañar sus relaciones con las élites.
Factores que contribuyen a la complacencia
- Concentración de medios y control empresarial: La concentración de la propiedad de los medios en pocas manos facilita que los grandes conglomerados tengan un control directo sobre el contenido informativo. Estos conglomerados suelen tener intereses en sectores económicos que se ven afectados por decisiones políticas, lo que les lleva a ejercer una influencia sobre los periodistas para que adopten una actitud más favorable hacia los poderes establecidos.
- Dependencia económica de la publicidad: Muchos medios dependen de ingresos publicitarios para sobrevivir, y la presión para asegurar fondos puede llevar a la autocensura. En situaciones donde los principales anunciantes son entidades gubernamentales o grandes corporaciones, los periodistas pueden sentirse obligados a suavizar sus críticas para no alienar a estos patrocinadores.
- Acceso privilegiado a la información: Algunos periodistas, especialmente aquellos que cubren temas políticos, pueden desarrollar relaciones cercanas con funcionarios del gobierno o grandes empresarios. Este acceso privilegiado puede venir acompañado de compromisos informales que limitan la capacidad del periodista para criticar a sus fuentes. La autocensura se convierte en una práctica común, con tal de no perder ese acceso.
- Presiones políticas directas o indirectas: En algunos casos, los periodistas enfrentan presiones directas por parte del gobierno o de otras instituciones para que no informen sobre ciertos temas. Estas presiones pueden ser veladas, como la amenaza de retirar permisos o credenciales, o más evidentes, como la censura estatal o las amenazas de demandas legales.
- Conflictos de interés: Los conflictos de interés se producen cuando los periodistas tienen vínculos financieros, personales o ideológicos con las entidades o personas que cubren. Este fenómeno es especialmente evidente en el caso de periodistas que han trabajado previamente en cargos gubernamentales o en grandes empresas, lo que puede afectar su imparcialidad al informar sobre esos sectores.
Conclusión
El periodismo complaciente representa una grave amenaza para la democracia y la sociedad en general. Cuando los periodistas y los medios de comunicación eligen alinearse con los poderosos en lugar de cuestionarlos, se socava el papel del periodismo como defensor de la verdad y la justicia. Sin embargo, la creciente presencia de medios independientes y el auge del periodismo investigativo ofrecen una luz de esperanza para aquellos que buscan información veraz y objetiva. El reto radica en asegurar que el periodismo mantenga su independencia y su compromiso con el interés público, aun frente a las crecientes presiones políticas y económicas.