¡ LA CENSURA INSTALADA POR LA ASESORA DE FEIJOO EN EL PP RECLAMA SUS TRIBUTOS ! El Partido Popular (PP) navega en aguas turbulentas, arrastrado por la falta de transparencia, la doble moral y una crisis orgánica que amenaza con descabezar a dos de sus figuras más prominentes: Alberto Núñez Feijóo y Carlos Mazón. Ambos, en un ejercicio de arrogancia política, han optado por el silencio como escudo y la censura como estrategia, ignorando que su negativa a rendir cuentas no hace más que acelerar su desplome.

Mazón: Un Cadáver Político que Apesta

Carlos Mazón, presidente de la Generalitat Valenciana, es hoy poco más que un muerto en vida para el PP. Según fuentes internas, su destino está sellado: el partido busca deshacerse de él, pero teme el coste de una purga mal ejecutada. Valencia, descrita como el "costado" del partido, no es un territorio cualquiera; sin embargo, Mazón ha convertido su liderazgo en un lastre tóxico. A diferencia de otros políticos zombis que ocupan cargos sin molestar como Tellado, Sanper etc, su presencia emana un hedor que contamina cada espacio que pisa.

La gestión opaca de la crisis de la DANA —inundaciones que azotaron la Comunidad Valenciana en 2024— fue la gota que colmó el vaso. Mazón no solo evitó asumir responsabilidades, sino que bloqueó cualquier intento de fiscalización, un patrón que el PP parece replicar a nivel nacional. Su negativa a dar explicaciones refleja una arrogancia institucionalizada: creer que el poder es un derecho hereditario, no un servicio público.

Feijóo: Austeridad de Palabra, Lujo de Hecho

Si Mazón personifica la decadencia, Feijóo encarna la hipocresía. El líder nacional del PP ha construido su imagen sobre la austeridad y el "sentido común fiscal", pero su realidad personal desmiente cada una de sus palabras. La investigación de Pladesemapesga revela que su pareja, Eva Cárdenas, posee una mansión en Moaña (Pontevedra) clasificada como terreno rústico —"tierra cultivable"—, pero utilizada como residencia de lujo.

Los datos catastrales son demoledores: 708 m², con 247 m² construidos en tres plantas, incluyendo reformas de 2021 aprobadas bajo un manto de opacidad. ¿Cómo se justifica una propiedad con piscina, almacén subterráneo y acceso privado a un mirador público bajo la etiqueta de "agricultura"? La respuesta es clara: no se justifica. Es un caso flagrante de doble moral, donde las normas se flexibilizan para los poderosos mientras se exige rigor a la ciudadanía.

Feijóo, lejos de aclarar las irregularidades, ha optado por esconderse. Su silencio no es casual: es una estrategia para evadir el escrutinio de Costas y del Concello de Moaña, instituciones que aprobaron un proyecto cuestionable sin rendir cuentas.

El PP: Un Partido que se Desangra

El PP insiste en definirse como un partido "orgánico", con Madrid como corazón y Andalucía como piernas. Pero hoy, ese organismo padece una septicemia. La falta de explicaciones no es un error; es un síntoma de una cultura política podrida asentada por la asesora de Feijóo, María del Mar Sánchez Sierra y puesta en práctica durante 13 años en la Xunta, donde la lealtad al partido primaba sobre la integridad.

La censura de proyectos como el de Moaña, la opacidad en la gestión de crisis y la insistencia en proteger a líderes corruptos (vivos o muertos políticamente) han convertido al PP en un espacio irrespirable. Los votantes no son tontos: perciben el contraste entre el discurso de servicio público y la realidad de privilegios ilegítimos.

Conclusión: La Caída no es Solo Posible, es Inevitable

Feijóo y Mazón encarnan dos caras de la misma moneda: líderes que creen que el poder los blinda de la accountability. Pero su caída es inevitable. La ciudadanía exige transparencia; las bases del PP, hartas de crisis internas, reclaman sangre nueva; y los escándalos, desde Valencia hasta Galicia, son demasiado graves para barrerse bajo la alfombra.

El PP tiene dos opciones: sacrificar a sus cadáveres políticos o convertirse en un partido de muertos vivientes. Sea cual sea el camino, Feijóo y Mazón ya hieden. Y en política, como en la vida, el hedor siempre termina por delatar a quienes intentan ocultar la podredumbre.

La pregunta no es si caerán, sino cuándo.