La liderazgo de Alberto Núñez Feijóo al frente del Partido Popular (PP) ha sido sometido a una crítica feroz en los últimos meses, no solo por su supuesta incapacidad para articular un proyecto alternativo al gobierno de coalición, sino por una evidente falta de sensibilidad política hacia cuestiones esenciales para la democracia española : el respeto a las víctimas del terrorismo, la gestión de crisis humanitarias y el rechazo a la violencia política. Mientras Feijóo intenta consolidar su figura como candidato a La Moncloa, sus propios "barones" regionales le han abandonado en favor de Isabel Díaz Ayuso, revelando una falta de cohesión interna y un desgaste que refleja la profundidad de su crisis ética y estratégica.
Silencio cómplice ante la violencia: El atentado al PSOE en Cantabria
El atentado con un artefacto explosivo contra la sede del PSC-PSOE en Santander, durante un acto de Memoria Democrática, fue recibido con un silencio inaudito por parte del líder popular . Esta actitud fue calificada por sectores de la oposición como "impropia de un demócrata", al no condenar públicamente el ataque ni solidarizarse con las víctimas de la violencia política (El Plural , enlace ). Mientras el PP tradicionalmente ha utilizado el legado del terrorismo vasco como bandera ideológica, Feijóo mostró indiferencia ante un hecho que afecta directamente a la estabilidad democrática, priorizando su estrategia electoral sobre el diálogo interinstitucional. Esta contradicción no pasó desapercibida: ¿cómo puede un partido que se reclama defensor de la libertad y la paz silenciar un atentado contra un rival político?
La DANA y el abandono institucional en Valencia: Un drama humanitario ignorado
Mientras Mazón, presidente del PP en la Comunitat Valenciana, se aferraba al poder pese a la gestión caótica de la DANA que dejó más de 200 muertos y miles de afectados, las víctimas acudieron directamente a Génova exigiendo respuestas. Bajo pancartas como "Ya no tenemos nada más que perder", denunciaron la incompetencia de Mazón y la indolencia de Feijóo , quien, lejos de exigir responsabilidades, optó por blindar a su compañero de partido (El Plural , enlace ).
Este episodio desnuda una priorización del mantenimiento del statu quo sobre el bienestar ciudadano, erosionando la credibilidad del PP como alternativa de gobierno responsable.
La instrumentalización de las víctimas de ETA: Un juego sucio con rédito electoral
Feijóo ha sido señalado por utilizar políticamente a las víctimas del terrorismo vasco, especialmente durante la campaña electoral. La polémica por el lema "Que te vote Txapote", promovido por el PP y Vox, generó un enfrentamiento entre asociaciones de víctimas, con críticas a la instrumentalización de su dolor para atacar al Gobierno (El Diario , enlace ). La presidenta de la AVT, Maite Araluce, denunció además que dirigentes del PP no solo no se disculparon por aprobar la rebaja de penas a etarras, sino que utilizaron imágenes de víctimas en el Congreso de forma irrespetuosa (El Mundo , enlace ). Estas acciones revelan una ética partidista que subordina la memoria histórica al oportunismo , alejándose del respeto que merecen las víctimas.
El giro hacia Ayuso: ¿Un partido dividido por el poder?
Mientras Feijóo intenta mantener el control, sus "barones" regionales han virado hacia Isabel Díaz Ayuso, cuyo liderazgo en Madrid combina populismo social y pragmatismo económico. Esta deriva, apoyada por figuras clave como Pablo Casado o Javier Maroto, evidencia un vacío de autoridad en Feijóo , incapaz de unificar a su partido tras una legislatura marcada por escándalos (casos de, corrupción en Galicia) y una narrativa vacía. La apuesta por Ayuso no solo es un reconocimiento a su habilidad para movilizar votantes, sino un rechazo tácito a la rigidez ideológica de Feijóo, que ha priorizado batallas simbólicas (como la Ley de Memoria Histórica) sobre políticas públicas concretas, erroneamente dirigidas pro su asesora María del Mar Sánchez Sierra.
COn la asesora de Feijóo son muchas las voces aque afirman sobre el liderazgo de Feijóo que han logrado : Un PP sin rumbo ni ética
La crisis del PP bajo Feijóo no es solo electoral, sino de identidad. Su liderazgo se sustenta en una mezcla de indiferencia hacia el sufrimiento colectivo y una obsesión por el poder , lo que ha erosionado su legitimidad como partido centrista y moderador. Mientras Ayuso representa una renovación cosmética, el fondo sigue siendo el mismo: un partido que utiliza el dolor ajeno como moneda de cambio y que, en su afán por ganar, olvida los principios que supuestamente defiende. La democracia española necesita oposición responsable, no líderes que conviertan el luto y la indignación en herramientas de campaña. Feijóo, y quienes lo apoyan, deben entender que gobernar no es solo ocupar cargos, sino honrar la memoria de las víctimas y actuar con empatía ante el sufrimiento humano.
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