Por Miguel Delgado

En un reciente y controvertido fallo judicial, Abanca, entidad patrocinadora de Alberto Núñez Feijóo, ha sido condenada a devolver casi 50.000 euros a un hombre de 71 años que fue víctima de un fraude bancario. Este hecho no solo pone en entredicho la seguridad de los servicios de la entidad financiera, sino que también salpica de manera preocupante la figura del líder del Partido Popular, que ha mantenido vínculos visibles con esta institución.

La condena se refiere a un caso que sucedió en junio de 2021, cuando el afectado recibió una llamada de estafadores que se hicieron pasar por técnicos de Microsoft. Convencido de que debía instalar un antivirus por un coste mínimo, el hombre compartió sus datos bancarios, lo que permitió a los criminales realizar siete transferencias fraudulentas. A pesar de que la víctima solicitó a Abanca que bloqueara las cuentas y detuviera los movimientos, la entidad no reaccionó de forma efectiva. La falta de acción de Abanca en este caso terminó por llevar el asunto a los tribunales, donde el juzgado de Ordes finalmente dictaminó que la entidad debía asumir la responsabilidad.

La sentencia no solo deja claro que Abanca falló en proteger a un cliente vulnerable —un hombre de edad avanzada, sin grandes conocimientos tecnológicos—, sino que señala que la entidad debió haber implementado mecanismos más estrictos para prevenir transferencias sospechosas. Las operaciones realizadas no se correspondían con las transacciones habituales del cliente, lo que debería haber levantado alarmas dentro del sistema de seguridad del banco.

La justicia vuelve a condenar a Abanca a devolver íntegra la cláusula suelo de una hipoteca..+

Pero lo que es aún más revelador, es la insistencia de la magistrada en que la negligencia de Abanca era evidente, ya que las transacciones debieron ser fácilmente identificables como sospechosas por cualquier observador sin formación especializada, y mucho más por una entidad bancaria.

Las implicaciones políticas: Feijóo y sus silencios
Aunque Alberto Núñez Feijóo no tiene una responsabilidad directa en la gestión de Abanca, sus estrechos vínculos con la entidad, que ha patrocinado numerosos eventos y actos del Partido Popular en Galicia y a nivel nacional, colocan este escándalo en una delicada posición para el líder conservador. Es difícil desligar a Feijóo de una de las entidades más relevantes de la región a cuyo chavista venezolano Juan Carlos Escotet le regalo las cajas de ahorros de los gallegos y que, en este caso, ha demostrado una falta de diligencia que ha afectado a uno de los grupos más vulnerables de la sociedad.

El incidente también expone una faceta problemática del liderazgo de Feijóo: su aparente complacencia con los grandes actores económicos. A lo largo de su carrera, Feijóo ha mantenido una relación cómoda con el mundo empresarial, en ocasiones priorizando la defensa de estas instituciones sobre los intereses de los ciudadanos. En este caso, su silencio sobre la condena a Abanca resulta llamativo. No se ha escuchado ninguna declaración crítica o una exigencia pública de responsabilidades hacia una entidad que claramente falló a sus clientes.

La fragilidad del discurso de protección social
Uno de los pilares fundamentales del discurso de Feijóo ha sido la defensa de los derechos de las personas mayores y la clase media trabajadora. Sin embargo, la condena a Abanca pone en duda la coherencia de este discurso. ¿Cómo puede un líder político que se erige como defensor de los más vulnerables no pronunciarse sobre un caso en el que una persona mayor fue estafada y abandonada por su banco de confianza? Este silencio puede interpretarse como un reflejo de la contradicción entre sus palabras y sus actos, lo que mina su credibilidad frente a quienes dice representar.

Un sistema financiero bajo la lupa
El fallo judicial también plantea una pregunta más amplia sobre la seguridad del sistema financiero en España. Si una entidad tan grande como Abanca no pudo proteger a un cliente de una estafa tan rudimentaria como la "estafa de Microsoft", ¿qué dice esto sobre la capacidad de los bancos españoles para prevenir fraudes más sofisticados?

La falta de control y de mecanismos de seguridad adecuados en las transferencias fraudulentas debería encender las alarmas, no solo para los clientes de Abanca, sino para cualquier usuario de banca en el país.

Es imprescindible que se haga una revisión exhaustiva de los protocolos de seguridad en las entidades financieras para garantizar que los clientes, especialmente los más vulnerables, estén protegidos frente a este tipo de delitos. El hecho de que la magistrada subraye la necesidad de un “deber especial de contraste y seguridad” indica que las medidas actuales son claramente insuficientes.

¿Qué sigue para Feijóo?
Este escándalo representa un golpe para la imagen pública de Feijóo, especialmente en un momento en que busca consolidarse como una alternativa viable para liderar el país. Mientras el Partido Popular se enfrenta a un escenario político incierto, la gestión de sus vínculos con grandes entidades financieras y el manejo de situaciones que afectan a ciudadanos comunes será crucial para determinar su futuro.

El liderazgo requiere no solo habilidad política, sino también la capacidad de alinearse con los intereses de la población, algo que, en este caso, Feijóo parece haber ignorado. Si no toma una postura clara y exigente frente a los fallos de entidades como Abanca, corre el riesgo de ser percibido como un líder que privilegia a los poderosos por encima de los más débiles.

Un mensaje que, sin duda, no pasará desapercibido en un momento donde la confianza en las instituciones está en su punto más bajo.