El invierno acecha con sus días y el frío empieza a ser la tónica general de cada jornada, incluso cuando ya el otoño ha dejado muestras de las bajas temperaturas a las que el clima pretente someter a la población este año. La nueva estación que entra en estas semanas de blanca navidad se prevee dura en esta ocasión, que dejará los termómetros en las líneas graduales más bajas. Ante eso, la gente empieza a prepararse rescatando de los armarios todo el arsenal de ropa de invierno, además de hacer acopio de todo tipo de materiales existentes para combatir estas condiciones.

Con el rigor del frío invernal en ciernes, las chimeneas, braseros y todo tipo de formatos para calentar el cuerpo prenden su chispa. Sin duda, una de las maneras más habituales de generar calor son los radiadores eléctricos, que han poblado los hogares del mundo en sustitución de los métodos más convencionales. Y es que, aunque la industria textil se ha esmerado en generar toda un elenco de productos eficaces para mantener el cuerpo a tono, la crudeza de los bajos grados en buena parte del invierno  hace necesario tener en casa un calentador eléctrico.

Distintas alternativas

La industria de la calefacción ha evolucionado mucho desde que diseñara aquellos modelos rudimentarios y primitivos. Si bien es cierto que el mecanismo y la función de los calentadores no requieren de ninguna obra maestra de la ingeniería, también lo es que, al tratarse de productos de uso mayoritariamente doméstico, puede adaptar sus funciones casi tanto como necesidades desarrollan los consumidores. Además, su disposición en sitios visibles del hogar ha impulsado el interés por el resultado estético, favoreciendo su integración con el resto de elementos de las diferentes estancias. Así, pueden adquirirse diferentes tipos de calentadores eléctricos.

De entre los conocidos tradicionalmente por los usuarios, los calentadores de aire y los radiadores de aceite son los más destacados. En efecto, si hay dos tipos usados popularmente en los hogares españoles, son sin duda estos dos modelos. Especialmente en habitaciones como el baño, los calentadores de aire han cumplido su función de caldear el ambiente latamente. No en balde, su adaptación a los espacios pequeños los hace ideales para este tipo de tipo de estancias. Además, cuentan con la ventaja de proporcionar calor inmediato, casi al momento de encenderlos. Del otro lado, los calentadores de aceite tardan más tiempo en hacer notar su calor, aunque éste es más duradero. Así, son principalmente recomendables para habitaciones medianas y grandes en las que se necesita un calor más estable y acondicionado.

En un plano más avanzado de los modelos actuales se encuentran los emisores térmicos y los radiadores planos. Los primeros, herederos directos de los tradicionales calentadores de agua, aventajan a sus predecesores precisamente en la comodidad de ser eléctricos, ya que se desecha la necesidad de tener una gran caldera central que caliente el agua distribuida, además de no necesitar de sistema interno repartido por la estructura de la casa. Según el tiempo que se desee tener encendido, se recomienda el uso de emisores secos, de fluido o cerámicos. Desde el primero hasta el tercero su eficacia va aumentando a la hora de caldear una estancia durante más de ocho horas, si bien es cierto que también es mayor el tiempo que requiere para calentar. En cuanto a los radiadores planos, son la evolución de los calentadores de aceite, por lo que su funcionamiento es realmente parecido. Su gran cambio se aprecia en la estética, de manera que en este producto se ha querido unir funcionalidad y diseño. No obstante, a pesar de su imagen cuidada, cuenta con una gran capacidad de retención de calor mientras está apagado, por lo que su consumo es muy eficiente.

Siguiendo en la línea de las grandes novedades, uno de los modelos de calentadores eléctricos más atractivos que existen en la actualidad es el radiador toallero. Desde luego que todo hijo de vecino ha tenido alguna vez la lúcida idea de poner su tolla o ropa junto al calefactor de baño para salir de la ducha y poder envolverse en una tela caliente y agradable. Por este motivo, la industria ha desarrollado un calentadores específicos de toallas que garantiza esta función de manera óptima.

Por último, los grandes protagonistas en los últimos tiempos de las compras de calentadores eléctricos son los radiadores de bajo consumo, especialmente demandados en este año donde el precio de la luz ha alcanzado cotas nunca antes conocidas. La composición de estos dispositivos hace que el radiador detecte cuándo ha alcanzado la temperatura óptima para apagarse. Entonces, gracias a sus materiales y su fluido calentador, la temperatura se mantiene igualmente sin necesidad de estar consumiento energía. No obstante, casi cualquier diseño puede ser de bajo consumo, siempre y cuando se use en los tiempos adecuados y con la potencia aconsejada.