A lo largo de más de medio siglo, la Galería Fernández Braso, que se encuentra en Madrid, ha sido el más fiel referente del arte contemporáneo en nuestro país. Salvando cualquier naufragio económico, cambios de modas o variaciones estéticas, ha sabido adaptarse, fiel a sus principios artísticos, a todas las corrientes que el arte plástico va engendrando a lo largo de los años. No en vano fueron, y son, uno de los pilares fundamentales de la creación de la feria ARCO desde su primera edición.

Los mejores creadores plásticos del siglo XX y los de la actualidad, han expuesto y exponen sus obras en la Galería Fernández-Braso con la garantía de ser el mejor escaparate en el que exhibir sus creaciones. Pero ¿cómo ha podido sobrevivir en una sociedad en la que parece alejarse cada vez más del arte?

Una galería de arte con mucha historia

Lo que hoy conocemos como la galería de arte contemporáneo Fernández-Braso inició su andadura en la calle Tutor de Madrid y no expresamente como sala de exposiciones, en realidad se llamaba Librería Rayuela y fue creada, en 1971, por Carmen Muro y Miguel Fernández-Braso. En ella dedicaban, además de al mundo de las letras, un pequeño espacio para las exposiciones pictóricas. Sin embargo, gracias a su esmero en la selección de sus artistas, a la calidad de las obras que ofrecía y al mimo con el que eran tratadas, la zona de exposiciones fue ganando terreno, tanto es así que necesitaron un nuevo espacio.

Unos años después se trasladaron a la calle Claudio Coello llamándose Galería Rayuela. Carmen se dedicaba a la exposición y Miguel a la librería. Además de publicar algunas revistas dedicadas al mundo del arte, en todas sus vertientes, fueron, junto a otros galeristas, los primeros participantes en la feria de Arte Contemporáneo de Madrid ARCO. Desde entonces no han dejado de participar, donde es, además, uno de los pilares fundamentales de este prestigioso evento.

En 1980, Miguel Fernández-Brasco crea la Galería Juan Gris, abriendo sus puertas de par en par a todas las corrientes artísticas que traían nuevos aires en el mundo del arte.

Especialistas en vanguardias históricas

Desde su creación, el objetivo primordial fue dar a conocer las nuevas creaciones y creadores que trabajaban en el mundo del arte en nuestro país. Romper con lo establecido y abrir ventanas hacia el mundo de la imaginación ha sido su base primordial sin olvidar nunca la calidad para, de ese modo, ofrecer el mejor producto tanto a visitantes como a coleccionistas. 

Entre sus paredes se han podido disfrutar a grandes pintores de la vanguardia de mitad del siglo XX como Salvador Dalí, Chillida, Tàpies, Palazuelo, Saura o Mompó, entre otros muchos. 

Referencia para los artistas actuales

A partir de 2011, y gracias a su éxito y necesidades de espacio, ambas galerías se fusionan, dejando la gestión a David, Miguel y Manuel Fernández-Braso, trasladándose al famoso barrio madrileño de Salamanca, aunque siempre bajo la atenta mirada de su fundador. 

Es así como la Galería Fernández-Braso sigue utilizando las mismas técnicas de cuidado, selección y difusión de estos nuevos artistas, con el fin de dar a conocer, al mundo entero, a los creadores contemporáneos capaces de abrir nuevos caminos en el mundo del arte, ya sea a través de la pintura, la escultura o la fotografía.

En este mundo de prisas, distancias y que, a menudo parece descorazonado, se agradecen espacios donde dejarse llevar por el impacto de la belleza. Belleza que llega a través de los ojos, pero que impacta en el alma, porque no olvidemos aquellas palabras que nos legó el poeta latino Horacio: "Una pintura es un poema sin palabras".