Las almohadas para bebés son un elemento básico si queremos que nuestro hijo disfrute y descanse de la forma más cómoda posible, es cierto que mucha gente dice que no es aconsejable usarlas, pero de lo que estamos seguros es que con ellas su sueño se acomodará mucho antes algo de lo que los padres disfrutamos mucho ya que no tenemos que sufrir con tanta frecuencia esos llantos nocturnos que nos desvelan y hacen que no podamos dormir tranquilos, teniendo muchas menos fuerzas para realizar nuestra jornada laboral como deberíamos.

Antes de eso hay que tener en cuenta la posición a la que está acostumbrado a dormir nuestro pequeño ya que dependiendo de eso podremos elegir una almohada u otra, reforzando aún más si cabe su sueño.

Si duerme boca abajo lo mejor es comprar una almohada que sea lo más fina posible y no extremadamente larga, todo lo contrario que, si duerme boca arriba, que además de ser fina tendremos que ver que su cuello no se flexione en exceso, lo que puede llevarle a problemas en la columna vertebral, por último, si le gusta dormir de lado, una que nos permita alinear la cabeza con la columna será siempre la mejor opción.

La mucosidad es algo que puede afectar directamente al sueño de nuestro pequeño, por ello una de las mejores opciones es usar un aspirador nasal, ya que les ayudará a respirar mejor y evitar problemas futuros como la sinusitis la cual es muy frecuente en los niños de corta edad. Usando uno de esto aparatos antes de dormir haremos que no tenga problemas en mitad de la noche.

Una vez esté despierto la mejor opción que tenemos es darle un baño en una piscina para bebés, el que aprenda cuanto antes a acostumbrarse al agua es muy importante ya que mejorará mucho la coordinación de nuestro hijo y aumentará su resistencia, además como le gustará jugar con el agua y chapotear hace que este ejercicio le produzca un desarrollo mucho mayor, favoreciéndole más tarde cuando quiera aprender a andar o gatear, ya que tendrá mucha más resistencia en sus huesos y músculos y como no, hará que tenga un mejor apetito cuando le demos de comer más tarde.  

Para esto es muy importante que se usen baberos, ya que caerá mucha saliva y restos de comida y, a no ser que queramos que se ensucie toda la ropa es la mejor opción posible. Además de evitar que se manche también nos sirve para prevenir enfermedades, sobre todo las de tipo respiratorio como puede ser la bronquitis, por último, indirectamente estaremos enseñando a nuestro hijo a no ensuciarse mientras come, algo bastante importante si no queremos que cuando crezca ensucie todo y nos dé a nosotros mucho más trabajo del que ya tenemos, teniendo después que limpiarlo siempre que quiera comer.

Hay muchos tipos de baberos, pero puedo recomendar especialmente aquellos que no dejan pasar la humedad, ya que como hemos dicho antes se caerá bastante saliva, así evitaremos tener que comprar uno tan a menudo.