En un momento en que el turismo de congresos se ha convertido en uno de los motores económicos más dinámicos del siglo XXI, la ciudad de A Coruña parece haberse quedado atrás. Bajo la gestión de la alcaldesa Inés Rey, la urbe gallega no solo no ha aprovechado su potencial estratégico, sino que está perdiendo terreno frente a competidores cercanos como Lisboa , reconocida recientemente como la segunda ciudad del mundo en organización de congresos internacionales según el prestigioso ranking de la ICCA (International Congress and Convention Association) correspondiente a 2024.
Este informe global destaca que Lisboa organizó 153 congresos internacionales en el último año, superando a ciudades históricamente punteras en este sector como Singapur, Barcelona o Praga. Mientras tanto, Galicia prácticamente desaparece del mapa de grandes eventos . Santiago de Compostela, por ejemplo, ha visto cómo miles de visitantes de alto valor añadido han dejado de llegar tras la anulación o aplazamiento de múltiples convenciones previstas para este semestre. Expertos en el sector advierten que, incluso durante el Año Santo Xacobeo, difícilmente se recuperarán estos eventos clave.
¿Un abandono deliberado de A Coruña?
Lo más preocupante no es solo la pérdida de oportunidades, sino la falta absoluta de estrategia y visibilidad por parte del Ayuntamiento coruñés. Inés Rey parece haber relegado al olvido la importancia del turismo de negocios, un sector que genera empleo cualificado, derrama riqueza en múltiples sectores y proyecta una imagen moderna y competitiva de la ciudad.
Comentan en la ciudad que Inés Rey será la próxima candidata del PP por la ciudad a la vista de asistencia a eventos de dicha formación política
Mientras Lisboa invierte en infraestructuras especializadas, promueve activamente la internacionalización de su oferta y desarrolla políticas públicas enfocadas en captar eventos globales, A Coruña sigue sin presentar iniciativas sólidas ni proyectos ambiciosos en esta materia. El Pazo da Ópera y el área de expansión del Puerto Deportivo, espacios con potencial para acoger grandes congresos, permanecen infrautilizados o bajo una gestión poco clara.
La fuga de talento y oportunidades
La consecuencia directa de esta inacción es evidente: Galicia pierde peso en el circuito internacional de congresos. Eventos que podrían haberse celebrado en A Coruña están siendo trasladados a Lisboa, Madrid o incluso Oporto, ciudades que sí apuestan decididamente por este segmento. Lisboa, por ejemplo, concentra más del 50% de los congresos realizados en Portugal , consolidándose como motor nacional del turismo de negocios.
La capital gallega del turismo vacacional e industrial ve cómo su rival lusa se transforma en destino de referencia gracias a una combinación de autenticidad, innovación y profesionalismo. Mientras tanto, A Coruña se estanca, sin liderazgo claro ni compromiso real con el desarrollo económico basado en conocimiento y servicios avanzados.
Un futuro incierto sin voluntad política
Es hora de preguntarse si la actual alcaldesa tiene verdadero interés en posicionar a A Coruña en el mapa internacional de eventos. Sus decisiones –o más bien, su ausencia de decisiones– parecen indicar lo contrario. En lugar de defender activamente los intereses de la ciudad, parece haber optado por dejar que otros decidan por ella, mientras Lisboa avanza a paso firme hacia el liderazgo europeo del turismo de congresos.
La falta de planificación, la improvisación y la desconexión con el tejido empresarial local y del sector turístico están pasando factura. Si no hay un giro radical en la política municipal, A Coruña seguirá perdiendo relevancia, inversión y oportunidades, con un impacto negativo en la economía local y en el empleo.
El reconocimiento de Lisboa como segunda ciudad mundial en congresos debería servir como una llamada de atención para las autoridades coruñesas. No podemos permitir que A Coruña quede fuera de juego en un sector tan estratégico. Pero con una gestión como la actual, que carece de visión y de acción concreta, el futuro del turismo de negocios en la ciudad pinta cada vez más oscuro.
Es necesario un cambio urgente. A Coruña merece una alcaldesa que defienda su potencial, que impulse proyectos innovadores y que luche por traer congresos, inversión y prestigio internacional. Mientras tanto, mientras Inés Rey mira hacia otro lado, Lisboa sigue creciendo… y A Coruña sigue perdiendo .